martes, 6 de noviembre de 2007

Respeto a las serpientes

La Mayoria de los Scout salimos a disfrutar la naturaleza (excepto unos Scous de banqueta) y en todos los sitios naturales podemos encontrar animales que hay que respetar, unos de ellos son las serpientes. Es mejor conocer un poc de ellas. Vibora de Cascabel Los cascabeles de los géneros Sistrurus y Crotalis, pertenecientes a la familia Viperidae, son las serpientes venenosas más estudiadas de América; no obstante, existen otros géneros en esta familia que no han alcanzado tanta trascendencia. En el noreste de la República, los pobladores prehispánicos dejaron representaciones de víboras de cascabel, como testimonio de su encuentro y respeto, en petroglifos sobre piedra caliza. La adecuada identificación y clasificación de los reptiles, de acuerdo al método empleado por los herpetólogos -especialistas en anfibios y reptiles-, parte del ordenamiento y presencia de escamas en todo el cuerpo (cabeza, cuerpo medio, dorso, ventral y cola), así como el tamaño, peso, sexo y coloración. Por ello, solamente se especifican aquí algunas características sobresalientes para la descripción de las cascabeles neoleonesas: Cascabel de diamantes, Crotalus atrox, se caracteriza por el cuerpo de color gris; el dorso presenta hexágonos gris oscuro, bordeados de blanco, aunque puede variar en intensidad, a más oscuro o incluso de rojizo a amarillo, de acuerdo con la región en que habiten en la República. La cola tiene anillos negros, blancos y grises. Se encuentra en zonas áridas y semiáridas, con vegetación de matorral espinoso. La especie llega a medir hasta 2.10 m, y es sumamente irritable. Cascabel neoleonesa, Crotaluus durissus ssp o neolonesis, de cuerpo verde amarillento y rombos negros bordeados de blanco en el dorso; el vientre es amarillento. Vive en áreas montañosas. La especie puede considerarse una de las de mayor tamaño en México, pues llega a medir hasta 1.80 m y, no obstante, posee temperamento muy pasivo. Aunque está científicamente validada, se requiere de un número mayor de ejemplares para determinar si es endémica o se trata de alguna subespecie. Cascabel de las rocas, Crotalus lepidus lepidus, se reconoce en el campo por su cuerpo gris o pardo. Presenta barras pardas oscuras en el dorso y alcanza los 80 centímetros. Cascabel de las rocas, Crotalus lepidus morulus, es tan similar al anterior, que se confunden hasta en el nombre. También presenta cuerpo pardo o gris, aunque se identifica por una línea negra y estrecha en el dorso que bordea las barras oscuras. Alcanza los 80 centímetros. Cascabel café de las rocas, Crotalus lepidus casteneus. Aunque es del grupo de las lepidus, es de cuerpo pardo oscuro y, en algunos ejemplares, se observa una combinación de barras y manchas redondas en el dorso. Es una especie endémica que se encuentra en todo el estado. Habita en áreas montañosas donde hay afloramiento rocoso, principalmente de caliza o lutita. Alcanza 80 cm de longitud total. Cascabel de cola negra, Crotalus molossus molossus, se distingue por su color pardo negruzco. Los rombos del dorso son del mismo color pero bordeados por una hilera de escamas blancas. La cola es negra; vive en áreas rocosas, en las laderas de las montañas y llega a medir hasta 1.26 metros. Cascabel enana, Crotalus pricei miquihuanus, es la más pequeña de las cascabeles del estado. Presenta cuerpo gris, azul grisáceo o gris cafezusco, con barras o manchas dorsales negras o cafés, bordeadas por una línea blanca. Vive en áreas montañosas con bosques de pino. La especie alcanza hasta 66 centímetros. Cascabel de llanura, Crotalus scutulatus scutulatus, presenta una gama en el cuerpo que va del gris al verde, con hexágonos bordeados por gris claro en el dorso, y manchas ventrolaterales pardas. Vive en áreas áridas o semiáridas, con matorral espinoso. Su tamaño máximo es 1.23 metros. Hace más de 30 años se reportó una especie, Sistrurus catenatus spp, que no se ha vuelto a colectar. Pertenece al grupo de los cascabeles, aunque se diferencia porque presenta escamas dorsales en la cabeza. Las cascabeles representan un grupo fascinante para la investigación, desde perspectivas antropogénicas, ecológicas y etológicas, sin olvidar la toxicología del veneno, un conjunto de sustancias orgánicas de extraordinaria complejidad y con gran potencial para la medicina.

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